El año que estamos cerrando fue desafiante para la agricultura. Nos vimos afectados por factores internacionales e internos, provocando que el 2022 terminemos con una contracción de 2%, siendo los sectores más afectados la fruta y los cultivos.
Mirando el vaso medio lleno, para 2023 somos más optimistas, donde proyectamos un crecimiento de 1,8%, con leves alzas en los sectores hortícola (4%), vitivinícola (2%), cultivos (3%), pecuario (2%) y frutícola (1 %).
Aunque el desarrollo de nuestro sector está sujeto a variables no controlables como las condiciones climáticas y las contingencias externas, la estabilidad en nuestro país es fundamental. Por eso, esperamos que el acuerdo político para escribir una nueva Carta Magna, ayude a hacerlo “con los pies en la tierra”, sentando buenas bases para apalancar el progreso y el bienestar en Chile.
Si durante el próximo año el gobierno pone énfasis en recuperar la confianza de los inversionistas, incentivar la generación de empleos, garantizar el Estado de Derecho y fortalecer la seguridad en zonas urbanas y rurales; podríamos acercarnos a la anhelada recuperación económica.
Los agricultores, por nuestra parte, seguiremos esforzándonos en ser más eficientes y tener prácticas sostenibles que nos permiten reducir los costos de producción y aumentar la productividad del sector. También nos encargaremos de aprovechar las oportunidades que se nos abren tras la ratificación del TPP 1 1 y la modernización del acuerdo con la U E .
En representación de la SNA, reitero nuestro compromiso de trabajar con fuerza y convicción en generar las mejores condiciones para que tengamos un nuevo año con mejores cosechas, en beneficio de nuestra actividad y el desarrollo del país.
– Cristián Allendes Marín, Presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura.
Fuente: Campo Sureño