Sin embargo, esto no necesariamente significará condiciones lluviosas. Por lo pronto, según la Dirección Meteorológica, marzo se ve favorable para las precipitaciones.
La megasequía que se arrastra hace más de una década en Chile no da tregua. Sin embargo, algunas señales de esperanza y respiro, advirtió la Dirección Meteorológica de Chile en su último boletín de pronóstico subestacional y estacional, a pesar de que aún no se puede cantar victoria respecto a lo que sucederá este año.
Una de las conclusiones relevantes, es que las condiciones de precipitación pronosticadas para el trimestre de otoño, marzo-mayo, presentan un importante cambio con respecto a los trimestres previos en la zona sur del país. Además, se advierte el término definitivo de La Niña, fenómeno relacionado con menos lluvias en Chile central.
Según se detalla en el documento, en el tramo entre las regiones de Coquimbo y Maule el pronóstico muestra una tendencia bajo lo normal, principalmente en valles interiores. Se espera -en concretono superar los 30 milímetros acumulados durante el trimestre en Santiago y tampoco los 85 mm en Curicó. Mientras, desde la Región del Biobío hasta Magallanes se prevé que el trimestre marzo-abril-mayo se presente con lluvias dentro del rango normal a sobre lo normal.
Profundizando en el análisis, el meteorólogo de la Oficina de Servicios Climáticos, Diego Campos, precisa que el trimestre marzo-abril-mayo es sólo el comienzo de la temporada lluviosa en Chile central. Sin embargo, en Santiago ha dominado la condición bajo lo normal en los últimos años. En específico, durante la megasequía, desde 2010, los marzo-abril-mayo de 2012 y 2017 fueron normales en cuanto a lluvias y los marzo-abril-mayo de los años 2010, 2013 y 2016 fueron lluviosos, todo el resto fueron secos. ‘Pero incluso aquellos años en que marzo-abril-mayo fue lluvioso terminaron con déficit de lluvias a final de año’, asegura el experto.
Retirada de La Niña
Sobre cuándo hará su retirada puntualmente La Niña, factor que ha puesto presión a la sequía en los últimos años, Campos precisa que los últimos pronósticos indican el término definitivo de este fenómeno antes que finalice el trimestre febrero-abril. Aunque esto no significa necesariamente la llegada inmediata de El Niño, sí hay señales de un rápido calentamiento en el Pacífico ecuatorial, recalca.
El experto apunta a que El Niño podría establecerse en el trimestre invernal junio-agosto y con mayor seguridad durante el segundo trimestre. ‘Las implicancias para Chile son inciertas aún. Típicamente, bajo condiciones La Niña llueve menos en Chile central y bajo condiciones El Niño llueve más (sobre todo en su etapa inicial), pero poco se sabe de las condiciones neutrales’, indica.
En definitiva, ¿cómo será 2023 en cuanto a eventuales precipitaciones en medio de la persistente sequía? Aún no se sabe con seguridad, pero Campos admite que sí se sabe que una de las razones por la que los últimos años han sido secos no estará: La Niña. Así, advierte: ‘Su ausencia son buenas noticias, pero a la vez aumenta la incertidumbre, porque no necesariamente significará condiciones lluviosas’.
Fuente: NexNews